Día de los santos y día de los difuntos.
Me recuerdo que cuando éramos patojos, nos subíamos a los techos de la casa, esas casas de adobe y teja. Buscábamos la madera más seca para hacer las varitas que servirían para hacer nuestros barriletes.
Compramos el papel china para hacer los más hermosos barriletes, preparábamos el pegamento llamado “engrudo”, y eso era aprovechando a escondidas el fuego de la cocina de mamá. Nos pasábamos las manos por la nariz para limpiarnos los mocos…
Yo digo que ese fue nuestro “kinder”: Aprendimos a cortar, a pegar, a armar el barrilete, hacer figuritas… y conforme fuimos creciendo, pues los barriletes también se hacían más grandes.
Cuando aquella belleza salía, con retazos de tela para la cola del barrilete, nos íbamos al sitio para “encumbrarlo”. Tremendos aires que hacía en aquellos años.
Otros días, con las ganas de volar ese barrilete corríamos de calle en calle para verlo elevarse por los cielos… a veces corríamos en la misma dirección del aire… eso sí, bien organizados en los turnos para correr todos detrás de aquel barrilete.
No dejábamos en paz al barrilete, se quedaba con nosotros a la par de la cama… y en el sueño también “nos elevábamos” con nuestro barrilete. El pobre barrilete, cuando se quebraba una de las varitas, la remendábamos con mucho cariño… hasta que se terminaba de romper…
Tiempos aquellos. Ahora que regresé a mi tierra, ví que ya casi no se hacen los barriletes. Ahora se compra en las tiendas. “Hecho en china”, dice… Los encontrás de distintas formas: pájaros, águilas, personajes de los “comics”… el hombre araña… de todo, pero venidos “de la china”
Aquello que servía para comunicarnos con nuestros difuntos, para elevar una oración… ha cambiado mucho.
Me dio tiempo para visitar a los “agüelos, tíos, hermanos” que están enterrados en esas tumbas del cementerio. Con todos los patojos de aquellos años nos juntamos para saludarnos. Muchos de ellos son ya un barrilete para nosotros “se elevaron al cielo” antes que nosotros.
Por lo menos una vez al año, nos vemos en el cementerio…mientras, los barriletes chinos están dando vueltas en el aire…
De repente te gustan a vos también, de repente…yo prefiero los barriletes hechos en casa...