- Aja! Con que hasta ahora te aparecés, no?
- Bueno, es que estuve dando vueltas y vueltas por este bendito país y pues se me pasó el tiempo...
- Sí, está bien, ¿pero y los cuates qué? ¿Ya no valemos nada para vos?
- Bien, y mucho, pero el chance es chance; y no me reclamés porque ahora estoy aquí con vos…
Así decían los chavos estos que escuché platicando en la esquina, mientras esperaba a "un mi" cliente para llevarlo a "un su" viaje. El taxi estaba bien limpio. Calida' dirías vos. Cabal, salio mi cliente y pues…
- Adelante seño
- Gracias
- Usted me dice a dónde vamos
- Gracias, nos vamos por la avenida de los recuerdos…
- Oiga, esa calle no sé dónde queda
Curioso, algunos te dicen o piden que les llevés a esta oficina, que a esta casa, que a este lado, y pues, nos vamos siempre a algo concreto, ¿pero a una avenida de los recuerdos? Ya en el viaje me contó que iba para recordar los viejos tiempos de la amistad, del cariño, de lo que pudo ser y no fue, de los sueños, de los fracasos, de los desengaños, de los desamores (o amores y buenos momentos -digo yo). Tomamos rumbo hacia la cantaleta de carros que iban y venían por la avenida principal, y me decía…
- Fíjese en las parejas que van en el carro, no hablan, van callados. Quién sabe que penas llevan, o estarán aburridos de verse tanto.
- Pues de repente estarán preocupados, - le decía yo-
- No que va, ahora ya casi no hablamos uste', nos están robando hasta el habla
- ¿y quièn? -dije, arrugué un poco la frente-
- Pues la tele, el internet porque ahora con eso de los "cara de libros" -se río un poco- quiero decir los facebook, pues ya todos están más conectados que hablando
- Ah vida la nuestra, estamos quedándonos mudos pues ¿pero no cree que esa es una manera de comunicación e información? Porque para algo nos sirve, quizá lo malo es quedarnos colgados todo el tiempo en esa cosa -atiné a decirle- además he leído en los periódicos que eso hizo que muchos jóvenes botaran una dictadura allà por el otro lado del mar…
- Pues pueda que tenga razón, pero eso es quizá lo rescatable, si lo sabemos usar bien; sin embargo, pienso que muchos están más entretenidos en eso, que podemos estar cinco o seis en la casa y ya casi ni nos hablamos por esa bendita cosa, por eso lo llamé, para dar una vuelta y sentirme un poco en este mundo…
- Pues bienvenida a esta realidad, comenté
- No hay que ser, hoy es día de la amistad, del cariño y nadie me ha llamado para decirme alguito por lo menos…
- Bueno, bueno, pero de repente no hay necesidad de decirlo, sino de vivirlo, sentirlo…
- No siempre don, pero en fin, siga manejando y no vaya muy rápido, porque no es para tanto; ¿porque no me va a cobrar caro verdad?
- ("no chi la vida", hoy si que me toca negociar duro) Usted sabe que la gasolina subió, que el pan también, que las cosas de comer, vestir, están caros, pero depende del tiempo, así miro cuánto le cobro. (pero de plano no le iba a cobrar) Lo que sea su voluntad pues...
Total, fue bueno hacer ese recorrido por el centro de la ciudad, por sus calles de carros y de gente, verlos caminar de un lugar para otro y esperar que la poli municipal te de vía; eso sí, los patojos se te acercaban a ofrecerte las rosas rojas, amarillas, blancas: "por el día del cariño" -decían. Hablamos de la amistad, de las cosas de la vida, de los aprendizajes duros, de los amores, de los compromisos, de las regañadas, de los reclamos… yo me rascaba la cabeza y seguía manejando…
- Pues aunque tengamos cosas malas, también tenemos mucho cariño, sensibilidad y compromiso con la gente.
- Ojalá don, ojalá
La calle de los recuerdos es algo que todos tenemos, es increíble como el mundo del consumismo te hace pensar en este día. Y de plano que te echan en cara si no regalás algo. Ni modo, el mundo del mercado. Todos aprovechan este día, desde los patojos que están en la esquina vendiéndote esas flores - se ganan algunos sus lenes pues-, hasta los almacenes que te ofrecen los paquetes bonitos para la pareja, los celulares, la cama, la moto, el carro, la comida, la noche de cena, las tarjetas… ala!, es mucho, mucho. Cada quien con su necesidad.
Por lo menos hago felices a las gentes con mi taxi; este día me ha tocado llevar a muchas parejas a distintos lugares. Fue bonito mi día. O aquel que dijo:
- Apúrele porque voy tarde a la cita
Ojalá todos los días sean así pero para el cariño, la amistad y el amor, celebrar la vida. Lo tengo claro, este trabajo que tengo, es para hacer un buen servicio, con cariño para que los demás sean felices.
Me uno a su felicidad, porque hablan, se ríen, se abrazan, se besan, comparten su proyecto de vida. Por cierto, oí a un don que le decía a su doñita en el oido: "eres mi amor en el desayuno, el almuerzo y la cena".
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