- Ya como si nada estamos terminando el mes de marzo, es más, ya estamos pensando en la semana santa -decía la doñita que pidió el viaje-.
"Yo como si nada" tambièn miré por el espejo para ver si me hablaba a mí o estaba hablando sola ¿Te has dado cuenta que a veces hablamos solos? Nos decimos cosas que pensamos, sentimos o queremos hacer y hablamos en voz alta. Pues sí, hablamos con nosotros mismos. Esta vez no era así, la doñita me hablaba a mí.
Me compuse el sombrero y le dije: ejemmmm -para aclarar un poco la voz-, pues la verdad sí, estamos justo terminando el mes…
- Y ya no tengo lo suficiente para poder pasar el mes. El mercado, la ropa, la medicina, "unos mis nuevos caites", un suéter… malaya -suspiró-, ya no llegamos ni al mes; pero como entra la temporada de calor, pues estaremos con ropa livianita, por lo menos… para enseñar los encantos.
- Pues ahora trabajamos duro -atiné a decirle- y quedamos igual con más necesidades; pero tiene razón, usaremos los caites y pantalonetas para enseñar las piernas de "grillo"…
Nos reímos un montón de esas ocurrencias, pero además de eso, hablamos de la responsabilidad que tienen los empresarios, las transnacionales y cada uno de nosotros en la "salvación de la tierra". Que si apagamos la luz o no, porque igual, nos recetan tremenda cantidad de dinero para pagar siempre la "energía".
Le oía a la doña decir lo difícil que es la situación, los gastos que se hacen cada día: Que subió el maíz, que la gasolina. Todo, todo, está "caro" en este bendito país ¿Cómo pasan muchas familias pobres este vendaval? A algunos los desalojan, o echan de la tierra que ocupan ¡A la calle! Los ves después con sus champitas cubiertas de madera y cartón, de nailon, o con parches de láminas, o rótulos de todos los partidos políticos (26 dicen que hay ahora para alcanzar el hueso).
- A veces para no sentirme sola en la casa enciendo el televisor y hago las tareas de cada día; otras veces me voy a los centros comerciales y me siento a leer en alguna de las bancas que hay. Es solo la sensación de no sentirme sola. Ahora, voy cabal a uno de esos lugares…
- Pues tenemos que hacer algo para no sentirnos solos, la verdad, hay días en que necesitamos quedar con alguien, platicar, tomarnos un café o comer una rica comida - y decía muy orgullosa, "que no me queda nada mal hacer la comidita"- Es el hecho de compartir y sentirnos bien. Lo necesitamos -terminé de decirle-.
Ya cuando se bajó del taxi y seguí la ruta para los siguientes viajes me quedé pensando en lo difícil de la situación de miles de familias guatemaltecas. La angustia, las penas, el sobrevivir cada día; mientras que los que tenemos para vivir de lo justo y necesario nos sentimos solos y necesitados de compañía… solo para platicar, nada más…
De repente regresa la alegría, de repente…
"Yo como si nada" tambièn miré por el espejo para ver si me hablaba a mí o estaba hablando sola ¿Te has dado cuenta que a veces hablamos solos? Nos decimos cosas que pensamos, sentimos o queremos hacer y hablamos en voz alta. Pues sí, hablamos con nosotros mismos. Esta vez no era así, la doñita me hablaba a mí.
Me compuse el sombrero y le dije: ejemmmm -para aclarar un poco la voz-, pues la verdad sí, estamos justo terminando el mes…
- Y ya no tengo lo suficiente para poder pasar el mes. El mercado, la ropa, la medicina, "unos mis nuevos caites", un suéter… malaya -suspiró-, ya no llegamos ni al mes; pero como entra la temporada de calor, pues estaremos con ropa livianita, por lo menos… para enseñar los encantos.
- Pues ahora trabajamos duro -atiné a decirle- y quedamos igual con más necesidades; pero tiene razón, usaremos los caites y pantalonetas para enseñar las piernas de "grillo"…
Nos reímos un montón de esas ocurrencias, pero además de eso, hablamos de la responsabilidad que tienen los empresarios, las transnacionales y cada uno de nosotros en la "salvación de la tierra". Que si apagamos la luz o no, porque igual, nos recetan tremenda cantidad de dinero para pagar siempre la "energía".
Le oía a la doña decir lo difícil que es la situación, los gastos que se hacen cada día: Que subió el maíz, que la gasolina. Todo, todo, está "caro" en este bendito país ¿Cómo pasan muchas familias pobres este vendaval? A algunos los desalojan, o echan de la tierra que ocupan ¡A la calle! Los ves después con sus champitas cubiertas de madera y cartón, de nailon, o con parches de láminas, o rótulos de todos los partidos políticos (26 dicen que hay ahora para alcanzar el hueso).
- A veces para no sentirme sola en la casa enciendo el televisor y hago las tareas de cada día; otras veces me voy a los centros comerciales y me siento a leer en alguna de las bancas que hay. Es solo la sensación de no sentirme sola. Ahora, voy cabal a uno de esos lugares…
- Pues tenemos que hacer algo para no sentirnos solos, la verdad, hay días en que necesitamos quedar con alguien, platicar, tomarnos un café o comer una rica comida - y decía muy orgullosa, "que no me queda nada mal hacer la comidita"- Es el hecho de compartir y sentirnos bien. Lo necesitamos -terminé de decirle-.
Ya cuando se bajó del taxi y seguí la ruta para los siguientes viajes me quedé pensando en lo difícil de la situación de miles de familias guatemaltecas. La angustia, las penas, el sobrevivir cada día; mientras que los que tenemos para vivir de lo justo y necesario nos sentimos solos y necesitados de compañía… solo para platicar, nada más…
De repente regresa la alegría, de repente…