martes, 22 de noviembre de 2011

fuiste tu



- Estamos ya a medio mes, como decimos por aquí, y casi terminando el año; porque en el día a día que nos toca a cada uno de nosotros, pues "no sentimos el tiempo" y zas! Se nos está terminando el año.
- Lo oigo mero melancólico paisano -atinó a decir el don-

Yo como iba manejando iba oyendo lo que platicaban; sin embargo, también pienso en lo que cada día significa para cada uno: tocan cambios, decisiones y retomar el rumbo de la vida. A veces siento que no he hecho nada, pero cuando oigo a las personas hablar, pues como que le da a uno la cosquilla de revisar en qué sí o no hemos acertado. Cabal pues, porque si miramos lo que corresponde a cada uno, de plano que hay que cambiar lo que pareciera ser bueno y que a lo largo de la jornada no ha hecho más que eso, un daño. Me he preguntado cuánto daño he hecho en estos años, días, horas, minutos, segundos; incluso cuánto daño me he hecho a "mi mismo"

- No, lo que pasa es que este país tiene ahora una oportunidad. Aunque no sé si es eso precisamente, oportunidad, o es que caímos en un letargo de años. Algo que nos durmió y nos vuelve con golpe a la cabeza y a la cara…
- Bueno, eso suena muy espeso, porque no le entendí ni pío lo que ha dicho…
- Ja!, eso es lo que nos está pasando, cuando no entendemos nada, es porque la cosa está grave.
- ¿será? -decía indiferente el don, mientras miraba a un gatito que se cruzaba en la calle, y luego replicó- decía un mi maistro que "cuando no entendemos nada, es porque vamos comprendiendo".

Yo también miré al gatito pasar. En mi pueblo dicen que cuando se atraviesa un animal en tu camino, es porque te está dando un aviso, va a depender el lado en el que se te atraviesa: derecha o izquierda. Dicen que si es a la izquierda te toca, y en la derecha, pues a alguien cercano o un amigo o amiga. Algo así. Pero ahora no puede ser porque estamos en la ciudad. Yo me quedé mirando desde que se cruzo y hasta que vi desaparecer en mi retrovisor ese gatito. Me compuse el sombrero en la cabeza y asusté el pensamiento, porque ese mensaje solo pasa en el campo, y en la ciudad serán otros mensajes los que se te atraviesan. No hay duda, ese gatito si que era hermoso, me gustó y me dieron ganas de tocarlo. Yo que no tengo gatos en la casa, pues me dieron ganas de tener uno y cuidarlo, pero me dije que no podía ser porque siempre estoy en la calle, en el taxi, y que el pobre iba a sufrir conmigo… así que mejor seguí mirando mi camino, llevando a alguna esquina a los pasajeros…

Por si acaso te dejo la invitación para que te leás ese libro de Ciro Alegría "el mundo ancho y ajeno", sobre todo ahora recuerdo de esa parte cuando se le atraviesa una culebra al anciano, y se queda con la sentencia de lo difícil que será para él y su aldea superar el despojo, la cárcel y la muerte; o también podés leerte a un escritor guatemalteco que tiene temas bien chileros desde la experiencia de la selva y el lenguaje de los animales ¿Sabés quién es? ¿No?, bueno, pues te dejo la invitación: Virgilio Rodríguez Macal.

- Hay en la vida de la comunidad mucha esperanza y desesperanza. Es decir, contentos los que tienen ya el presidente, su presidente electo; y otro montón de gente, que está como desconfiada, porque quien sabe si va a cumplir con todas las promesas hechas; o los que están mirando sobre el respeto a los derechos humanos. Hay pues una tremenda incertidumbre...
- Bueno, si de elecciones se trata, es una cosa muy distinta don, porque tuvimos tiempo de conocer a algunas personas, su proyecto, sus ideas y todo lo que nos dijeron. De repente hasta bonito estuvo lo que nos dijeron, pero no sabemos si esa es una verdad. Siento que no hay verdad en todas esas palabras.
- Vaya, vaya, la verdad política es como la pregunta de toda una democracia ¿Acaso nos han mentido todos los que hemos elegido en esta contienda? ¿es posible considerar la participación de la ciudadanía en estos tiempos?
- Así como usted lo dice, creo que tenemos ahora más espacios para participar, auditar y exigir que se respeten las decisiones de un pueblo, barrio, colonia; sea que esté aquí o allá en la provincia. Ahora es cuando nos toca participar usted.

Entonces, pensé, ese gatito es un buen mensaje para este país, para este pueblo. Se nos cruzó pero nos dejó esperanza, alegría, energía, entusiasmo, vida. Su caminar sigiloso y elegante es el mensaje de la dulzura, de la suavidad y del coraje de vivir con elegancia.

- Así cabal pienso yo, que ahora tenemos que pensar en la participación, pero actuando cabales uste'.
- Eso significa que no debemos dejar pasar la corrupción, el despojo, la injusticia, la violencia…
- Eso y más, que lo que usted dice, debe comenzar en nosotros. No tenemos que ser corruptos, mentirosos, y cada acción que hagamos tenga, como ese gatito que vió pasar con su suavidad, la dignidad de reclamar el respeto a nuestros derechos.
- No sé si ponernos más derechos uste', porque ya tenemos los diez mandamientos, las leyes de la constitución, los decretos… ala! Es un montón! Pero que tristemente no lo cumplimos…
- De repente ahora si usted, de repente

Aunque la conversación de los señores era muy interesante, siempre sentí un dejo de tristeza y dolor en sus palabras. No era que iban celebrando, iban meditabundos, pensativos, y con un aire de incertidumbre. Me decía en mis adentros, que animalito se atravesará ahora… quiero ver un gatito otra vez,
De repente, de repente...