martes, 13 de abril de 2010

el pan nuestro de cada día

Ah, aquellos desvelos de "los años maravillosos" (¿te acordás de esa serie de televisión?). Pues algo así te voy a contar.
Se hace entre marzo y abril, siempre entre esos meses de cada año. Bueno, pues en esas fechas, a nosotros nos tocaba desvelarnos con un olor a pan que nos llegaba toda la noche…

Estos eran desvelos que hacíamos por turnos entre los miembros de la familia. Había que estar con todos los ingredientes preparados para el pan de semana santa: harina, azúcar, huevos… etc.

En la casa de aquel don, que vivía a la "güelta" de la nuestra, se hacía el pan. "¿a ver?" decía el don, "¿qué traen ustedes para su pan de semana santa?" y nosotros, rápido le dábamos el canasto con todos los ingredientes para el "rico pan" de la semana santa. Nos podía tocar a las 2 0 3 de la mañana, pero le entrábamos con ganas a "cuidar" nuestro bendito pan. Ni modo, si era santo. Con el tiempo, entiendo que comerlo daba gusto. Púchis! Con la tremenda desvelada que nos dimos pues...

Por casi un mes el negocio iba bien para los panaderos, especialmente en ese lugar que te cuento:
• "aquí si sale rico el pan uste';
• ese si es "güen" pan" decían todos.

Yo pensaba que eso no podía ser cierto, porque casi todos le estábamos echando lo mismo: que azúcar, que harina, que huevos… (al suave pue)

La diferencia del pan estaba en la cantidad. Los que tenían más dinero, pues de plano que se mandaban con hacer más panes, y se daban el lujo de pedirlos en distinto tamaño. Mi mama, por si acaso, los pedía "regularcitos, don chepe, gracias, sólo le pido que me haga tres grandes: así veee" y hacia con los dedos de las manos una torta enorme.
lo distinguía los adornos que le ponían a los benditos panes: que anís, que harina, que, que, que… la verdad, solo con sentir el olor que salía del horno, pues ya estábamos disfrutando el pan…
Yo como siempre me imaginaba llevándome un pan -regular- para la escuela y chilerear con el tamaño del pan, pero siempre habían unos más pilas, que llevaban el pan más grande… malaya, te imaginás todo el mes de marzo o abril haciendo esta 'güeviadera' de pan?

De plano que actuábamos como judas en la casa. Mamá lo sabía pero no decía nada, porque a pesar de que escondía -según ella- el canasto sobre el ropero de la sala, siempre encontrábamos la manera de sacudirnos un pan… lo chistoso de esto es que entre los tres hermanos, que nos lleváramos un pan diario cada uno, echá cuenta… pues la cuota bajaba. Era el mes en que mamá decía entre su seriedad y sonrisa picaresca: "saber por que hay más ratones en este mes, a pesar de que en todas las casas se ha hecho pan"
Nosotros por si acaso añadíamos: "será el judas". "pero que no lo vaya a ver, porque si lo cacho…" sentenciaba entre risas. Incluso ella colaboraba cuando salíamos de casa en esas mañanas, nos preguntaba: "ya llevan todo lo que necesitan hoy?" sí, decíamos con cara de judas inocentes.

Alguien me puede decir si eso era pecado? Porque la verdad, se hacía el pan para comer y no para guardarlo, digo yo. Además, era el mes en el que llegaba pan de todos lados. Desde el jueves por la mañana, ya oíamos que tocaban a la puerta y que "le manda este pan" doña marina, que de doña rosa, que de doña tina, que de la comadre, que del ahijado, que de la abuela, que de la tía… que, que… y así se juntaban otros dos canasto más de pan. Ni modo, mi mama bien lista, de tres panes que llegaban, ella mandaba uno de los nuestros. Así que matemáticamente salía bonita la cosa: la multiplicación de los panes; cabal, así como lo dijo el "maistro" aquel.

Hoy me caminé todos esos lugares donde se hacía el pan, vi el horno viejo del vecino… todavía hacen pan, ya son los hijos de los hijos. Oficio digno vos, estos son los que concretan la oración aquella que dice "danos el pan nuestro de cada día". La verdad, todavía llega, cada día, a la misma hora, en la misma tienda. Que calida' de pan, bien riiiiiiiiico.

Mi mamá, por si las moscas, me sentó a la mesa y me dio de desayuno la miel (que miel, la que ella sabe hacer) y un pan.
"apúrele, para que no se le mosquee". Yo comí rico este jueves santo: pan con miel, como se sabe hacer en mi pueblo.
Y vos? Qué comiste?
De repente me contás, de repente…

Mientras mi mamá suspiraba… "ah, ya no'mijo…. Todo está tan caro ahora, que el pan que se manda hacer, es sólo para los de la familia. Así es que coma porque mañana, quien sabe…"

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