miércoles, 16 de junio de 2010

calor/frio/lluvia

“Estos días que me ha tocado estar de un lado para otro -como decimos en estas tierras-, pues no he dejado de sentir aquello que se disfruta entre el día a día: el clima. En estas necesidades que uno tiene, y para no hacerle mala cara al trabajo, pues me tocó estar unos días haciendo viajes al norte de este bendito país.

Ja!, puro calor, cerca de 40o. Es lo que se siente en el Petén. Quienes han tenido la dicha de venir por estos lugares pues sabrán que además del encanto de sus "ruinas", pues tiene sus ríos –bueno, tiene algunos de sus "ríos"- mas o menos. Dice que algunos ríos los prestan los cuates aquellos para repartir el agüita en su parcelita. Pero que los hay los hay todavía.

Bueno, mientras yo estaba en este bendito calor, de esta bendita tierra, por este otro bendito lado del país se sacudían las casas de puro miedo ante la lluvia que azotó, golpeó, vapuleó y somató a las pobres casas del pueblo. Al ver algunas fotos de las aldeas y comunidades del pueblo, pues es de asustarse y –te digo- tremendamente por tamaño golpe que recibieron los paisanos de este bendito país. "ojeando" las notas de los periódicos, pues se podía entender lo que vivieron muchas personas: perder la casa, perder la cosecha, perder a un familiar o a toda la familia que murió porque le cayó la casa encima, porque “se los llevó el río”, o porque la tremenda correntada se los llevó. Ha sido duro pues lo que le tocó vivir a este país.

Por eso te digo, entre el calor, el frío, y la lluvia, que siempre nos quejamos:
-Ala! Que que calor hace ahora
-Ala! Que qué frío se siente

No te digo pues, mientras unos estaban muy destapados, con una playerita y pantaloneta, las "yinas" (los caites pues) -como yo- otros andaban buscando ropa seca gruesa para resistir el frio… ahora mismo ya no se le atina al tiempo este que nos toca vivir.

Te cuento, cada vez estamos terminando con el bosque, estamos tirando la basura en donde se nos de la gana, estamos usando cada vez más químicos en el campo, porque la plaga está muy metida –“si no, no nos da nada la tierra”- dicen”

Púchis!!, todo eso me venía contando el primo que se subió al taxi para que le hiciera "un su viaje", para donde "una su tía". Quería saber como andaba porque ya no tuvo noticias de ella después de la gran arena que cayó por lo del volcan pacaya…

Tremenda pacaya uste' -decía el primo este. Yo le oía y le decía que sí a todo, porque era verdad, toda Guatemala quedó sacudida y movida. 'No te digo pues' -seguía diciendo-, somos un país en construcción, nunca terminamos de estar bien. Si no es por una es de la otra. Yo le entendía en esas sus vueltas de decir las cosas.

'Bueno, a todo esto' -se quejó-, ¿cuánto costará el que nos den la ayuda y cuánto no se van a echar a la bolsa los que siempre saben sacar ganancia de esto: la construcción, la alimentación, y sobre todo, recuperar la cosecha para este año? A estas alturas será difícil tener asegurada la tortilla de cada día. Nooooo, primo -me dijo-, otra vez va a estar jodido este año.

Llegamos, le dije. Bueno ¿cúanto me va a cobrar primo?
- 25, dije
- Puchis, contesto
- Es que la gasolina está cara uste', atiné en decirle
- Va pue, ¿me da factura? -me guiño el ojo- Se bajo y se santiguó para caminar hacia la colonia.

Yo seguí mi ruta, mirando en el retrovisor pa' ver dónde agarraba el don este que no paró de hablar en toda la ruta. Me dije que no iba a seguir trabajando hoy, que mejor me iba pa' la casa para seguir limpiando un poco más la arena que se coló en la casa aquella que tengo. Malaya, días duros que nos tocó vivir en este país.

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