lunes, 1 de febrero de 2010

pan de pita


Hay un niño que me pide que le prepare "pan de pita".
¿Y cómo es eso? pregunto.
"Fácil", contesta. "Le pones un poco de queso, un jamón (de pavo, porfis)"
Ah, el secreto está en abrir el pan por la mitad para poder echarle el queso y el jamón.
"Ummmmm, te quedó bien rico", dice. Debo aclarar que el pan de pita es redondo.

La verdad, esta semana no he comido bien. No me dan ganas de comer sólo.
Entro a la cocina, le doy una ojeada a lo que hay en la refri y salgo corriendo.
Así pasé esta semana, sin ganas de nada.

Antes me cocinaba alguito para llevar al trabajo. Ahora, si me acuerdo como y si no, pues una que otra cosa para medio sentirme vivo. Ya no es igual, me gustaría quedar más seguido con alguien para poder comer y tomar un café caliente.
Me gustaría reir, llorar y contar los sueños que tengo por lograr un mejor país… la construcción de la casa de adobe...

Sin embargo, me encuentro solo y para no sentirme muy solo, pues salgo a caminar al supermercado, por los parques, por los cines… para no sentirme solo.

De tanto frío que hizo esta semana, pues ni me bañe. De lunes a viernes. Una semana entera sin probar el agua caliente que me limpia. No sentía necesidad de bañarme… menos mal que el trabajo de esta semana fue de estar encerrado.

Pero hoy cuando desperté, recordé que mis ojos se habían bañado a pesar del frío. Sí, se bañaron mis ojos.
Me prometí no abandonarme más. hoy comeré bien, me dije. Iba a preparar un desayuno chapín. En eso estaba cuando me llamaron, era el jefe.
-oye, te toca hacer una carrera urgente. Pasá a la calle de la soledad. Te están esperando. Taca, tataca, tataca con la dirección.
-quién, pregunté
-eso no importa, usted haga feliz a la gente…

Sólo me dio tiempo de agarrar una manzana y comérmela en el taxi. Encendí la radio y escuché esa canción de arjona: como duele. Ala puchis, lo que me faltaba, me dije.
Mejor me arreglé la cachucha y le sonreí a una señora que cruzó por el paso de cebra (Tené cuidado, porque si te miran con el carro sobre las rayas esas, te ponen multa)

Ella me miró y me hizo cara de pocos amigos.
Glup, salí rápido de esa parada.

Apagué el radio y sólo escuché el concierto de mis tripas que se perdía en ese ruidal de carros en la ciudad.

De repente comeré bien este fin de semana, de repente...

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