miércoles, 11 de agosto de 2010

el padre misericordioso

Ahora por la noche me llamaron para ir por unos señores que esperaban el servicio en tal dirección, donde está ubicado tal colegio.

Se subieron en la parte de atrás y me pidieron que los llevara a tal dirección.

- Te gustó la parábola que vivimos esta noche -le dijo el papá a su hijo.
- Sí, pero ha sido una noche muy triste -replicó el hijo

Y es que empezaron a comentar la parábola del "padre misericordioso" al cual habían asistido esa noche. No dejó de impresionarme la forma en que se iba recreando y contextualizando esa parábola, y la forma en que el papá iba aplicándola a la vida nacional, familiar y personal.

Yo te lo escribo así como lo viví. Espero te ayude a vos también.

Hay un pasaje biblico, sobre todo en el Nuevo Testamento, en donde un muchacho le pide la herencia que le corresponde a su papá. Este se lo da, y el hijo se marcha, -dice el texto- que es el hijo menor; el hijo mayor por lo tanto, se queda con el papá. La historia no acaba en esa repartición de la herencia, sino que el hijo menor se lleva todo y empieza una etapa de la vida bastante controversial. Dicen que empieza una "buena vida", pero en placer, tener, y poder… (eso parafraseando un poco aquello de que muchos o algunos se han 'endiosado' y se sienten así, como dioses: poder, placer y tener). Total que este patojo hizo de todo, hasta quedarse sin nada; tuvo que buscar trabajo, comer lo que le daban a los animales. En otras palabras… lo perdió todo y se quedo sin nada. La regó pues.
Arrepentido, decide regresar donde el tata y pedir perdón. Lo pensó y decidió volver. Se dijo que pedirá perdón y que lo único que quiere es que lo traten como a un trabajador más… regresa pues, y el padre lo perdona y le hace una fiesta con todos los que en esa viña trabajan.
El hijo mayor se enoja por esa actitud del padre y le recrimina su manera de proceder con el hijo que despilfarró todo lo que tenia. se imaginarán ustedes ese enojo del hermano. El Padre, con mucha paciencia le explica el por qué de esa fiesta y el cariño que siente por él también. 'vuelve a vivir el hijo muerto'

Total, la parábola va por esos contenidos bien chileros. La verdad, yo que venía manejando en ese tráfico pesado de la noche (camiones, sobre todo), pues escuché atento al papá que hablaba con su hijo.


- Te imaginás, hijo, todo lo que hablamos en el salón: la tolerancia del papá; el desprendimiento del hijo y querer entender su libertad de manera solitaria, sin consultar con nadie. Vivir la vida, pero como él se lo quería gastar. El egoismo tanto del hijo menor y del mayor; porque quiera o no, los dos fueron egoístas a su manera. Te imaginás la calma del papá; es tanta que le da a sus hijos la total libertad para que maduren y sean conscientes de sus actos. Un papá que siempre estuvo al lado de ellos, pero que ellos no fueron capaces de verlo. El dolor que siente el papá cuando se le va uno de los hijos o ver como los hijos se mueren por el 'consumismo' material de la vida.

- Malaya papa (sin acento porfa, para entender mejor esa filiación entre el papá y su hijo), decía el hijo, si esos hijos hubiesen entendido al papá y disfrutar desde lo que tenían en su casa; su trabajadero ¿Por qué nos ponemos tan necios, cerrados, egoístas? ¿Es una etapa de la vida o es que siempre vamos a tener esa tendencia egoísta de la vida?

- Quién sabe hijo, porque de repente tenemos esas actitudes nosotros también: o nos hacemos como el hijo menor o como el hijo mayor. Las dos nos llevan a la misma relación humana de destrucción, soledad…

- Darse cuenta de eso, es tomar conciencia del pecado, no? -replicaba el hijo-. Papa ¿pecado? Quiero entender mejor esa palabra, porque hasta donde yo sé no he pecado.

Soltaron la carcajada cuando decían eso. Pienso que los hijos pequeños no son conscientes del pecado, pero cuando no hay una tradición de práctica de fe y religión, tampoco. Tampoco estoy diciendo que debemos inculcarles el sentido de la culpa, sino más bien, el estar siempre atentos a los valores de la vida. Pero bueno, fue valioso escuchar lo que seguia de esa conversación. Mientras tanto yo iba, no de prisa, sino muy despacio detrás de los camiones, para aprovechar mejor la plática que traía el papá y su hijo, o el hijo con su papá. No te desvío más, esto decían:

- Pues sí, el pecado. Esa etapa es dolorosa, descubrir que has pecado, que eres consciente de tu pecado. Es la muestra de que la regaste, literalmente. Y aceptar eso pues, lo que nos pasa, duele. Eso hace el hijo: le duele su actitud, su proceder y cómo fue 'malgastando' lo que le dieron, su libertad. Oíste que la maestra decía que el pecado es 'apartarnos del amor'; no mucho me gustó eso, pero yo me quedo con aquella reflexión del otro día: 'pecado es: robar' (cuando matas, cuando engañas, cuando robas las cosas de las otras personas, cuando eres infiel, cuando…) porque en todas, solo estás pensando en ti y no en las otras personas. Imagínate robarle a unos hijos el cariño de su papá, que es el caso de los hijos de los pilotos de buses, que ha sido asesinado; o en la infidelidad, se muestra el robo del amor sincero a la otra persona, el respeto...

- Uf papa, -decía el hijo. Me imagino que sí es doloroso, pero para eso tenemos que hablar y lograr la reconciliación. Por eso te decía que fue una noche triste, porque hemos hecho una confesión pública de nuestros pecados: el abandono, las familias separadas, la lejarnía. Esos son como los pasos importantes en la decisión de cambio. Eso entendí, tenés que darte cuenta que la regaste, como vos decís; pero no sólo eso, sino que también te duela.

- Sí hijo, creo que debemos pedir perdón por lo que hemos hecho; por lo que le hicimos a los demás, cuando solo pensamos en nuestra libertad; en lo egoísta que hemos sido en la relación con las personas. Yo pido perdón por eso.

Llegamos -les dije a mis tripulantes del taxi. Vi que se bajaron contentos. Me pagaron la choca de quetzales y me dijeron que me quedara con los cinco de cambio, porque era ya tarde. Se los agradecí, no porque me conseguí cinco quetzales más, sino porque me ayudaron a reflexionar también en el pecado, mi pecado. Ellos se abrazaron y entraron a la casa muy contentos. yo salí de la colonia y pensaba mientras recorría las calles de la 'siuda' : ¿seré un hijo menor o mayor?
Me salieron algunas lágrimas en los ojos cuando revisé lo que he hecho; mi proceder, mi forma de actuar. Lloré . Tenía tantos días de no llorar y ahora lloré por mi o mis pecados.

Vaya forma más linda de levantar la mirada, me dije, y seguí conduciendo al centro de la ciudad, para esperar otro turno. De hoy en adelante, seré mejor. Me gusta esa frase: hoy soy mejor que ayer, y mañana será mejor que hoy. Y eso como regla de vida. Te lo comparto a vos. Gracias por leerme.

lunes, 9 de agosto de 2010

¿cuánto gané?

hoy me acordé de todas y todos mis cuates; pero sobre todo de los que dejé en el pueblo. de aquellos cuates de donde crecí, de cuando fui patojo pues.

me acordé de esa tierra fría, pero con un calor humano tremendo. ah, qué patojada para correr en los arroyos, las montañas... o cuando íbamos a pastorear con los chivos las tardes (después de clases); jugar al trompo, a las canicas, al yoyo, o al capirucho; hacer nuestros barcos de papel; jugar al escondite o al tuero.

ojo, mucho ojo: todo lo hacíamos en casa, nada venia de fuera... (nada de: made in china)


y es que iba en el taxi, haciendo una vuelta por el altiplano y escuché esto que me invitó a pensar en esos buenos momentos que hemos tenido con los amigos. sé que abundan las historias de cada uno. ojalá esta sea una ayudita para recordar los buenos momentos.

por todas y todos los amigos, esta canción...
de repente te llegue a vos también.

lunes, 2 de agosto de 2010

déjame vivir libre

me gusto... de repente te guste también a vos, de repente

ganas de escribir y contar cosas

Siempre tengo esas ganas de escribir. Soy dichoso porque cuento con una máquina que me ayuda a realizar este ejercicio. La verdad, hay tanto temas que comentar; que los problemas sociales, económicos, politicos, culturales, religiosos, etc. Pero me he inclinado escribir sobre mi mismo, sobre lo que está ahí dentro, y por la falta de compartirlo con alguien; de alguien que esté a tu lado, que te escuche, que te apoye… pues te lo hago llegar a vos, porque de repente lo lees. El escribir sobre mí, es pues una necesidad.

Yo hablo mucho. Hablo del trabajo, te puedo contar todo un día sobre lo que hago, como lo disfruto; sobre los problemas, las ideas que tengo para mejorar esto, aquello; lo que podemos intentar… pero hablar sobre mí, lo que siento, lo que vivo, eso ya no es fácil. Es ese alguien que te acompaña y está con vos. El silencio es mi compañera de ruta, ha estado siempre conmigo por mucho tiempo, se irá conmigo cuando de el último aliento de vida… así será.

Malaya, quien tiene la dicha de conocerme se queda asombrado de lo que hago. Vivo del trabajo. El día que deje de trabajar, pues ese día ya estaré quién sabe como. Si no trabajo siento que soy inútil; como que no me he ganado dignamente el pan de cada día. Pero así lo vivo y lo siento. El trabajo es lo que me da de comer y es lo que me permite apoyar a los demás… en ese sentido, creo que ya se ubica uno para el momento.

No hay conformismo, estoy trabajando no por un dinero, sino porque hay una responsabilidad. Eso es lo que nos hace trabajar. No tengo para guardar, todo es para pagar. El dinero te da vueltas, viene y se va. Menos mal hay para comer y para vivir el día a día.

Hay tantas y tantas personas que no tienen como yo, que no tienen trabajo, que les hace falta darse ese gusto de comprarse alguito, que les de placer: un libro, una ropa, un… algo para disfrutarlo. Aún así, apretando esos recursos y sacrificando uno que otro gusto, pues me alcanza para comprar un libro y leermelo con mucho gusto. Me doy cuenta de lo que vale un libro y lo que significa para mí, porque sé lo que me ha costado y que puedo disfrutarlo en la lectura de las noches o de la madrugada, cuando el sueño se espanta. Se oye como aquella voz que te dice: shit, shit, es hora de leer... Luego se queda ahí en la librera, como recordándome que me ha acompañado en los momentos de soledad.

Un libro es un buen compañero de ruta, siempre me acompaña en cualquier esquina de este bendito país, a donde me lleva el trabajo Hoy me traje uno que habla sobre los q'eqchi'es y el despojo que han "sufrido" a lo largo de la historia. Este libro me lo han prestado, y por lo tanto, hay que cuidarlo más…

Hay unas páginas de internet que ofrecen también la lectura de libros. Es una gozada el bajarte un libro. La verdad no sé si hay algún cambio de escritura. No me he fijado, pero puede que cambie alguna palabrita, aunque lo dudo. Me leeré uno y te cuento. A ver, que libro será. Ya sé: la ladrona de libros. ¿Te lo has leído? Puchis, es calidad, lo leeré en versión electrónica nuevamente y te cuento si tiene cambios, aunque te digo, lo dudo. Pero lo que te digo, ahora hay oportunidad de leer gratis.

El otro día compartía un amigo, férreo defensor de los derechos de autor, porque es su trabajo, que era injusto que no tenga una recompensa el trabajo de alguien que escribe si aparece esta oferta de libros gratis por internet. Le recordé lo que dijo alguien del otro lado del charco: "yo que tengo plata me bajo lo que quiera y pago, pero si no tuviera dinero, pues (esto es agregado mío) lo compraría también en la calle"… me parece justo el criterio, pero cada quien mide los centavitos de su bolsa.

Por las ganas de leer y escribir, lujo y placer del día a día. Hoy me sentí satisfecho de trabajar por el pueblo.