Siempre tengo esas ganas de escribir. Soy dichoso porque cuento con una máquina que me ayuda a realizar este ejercicio. La verdad, hay tanto temas que comentar; que los problemas sociales, económicos, politicos, culturales, religiosos, etc. Pero me he inclinado escribir sobre mi mismo, sobre lo que está ahí dentro, y por la falta de compartirlo con alguien; de alguien que esté a tu lado, que te escuche, que te apoye… pues te lo hago llegar a vos, porque de repente lo lees. El escribir sobre mí, es pues una necesidad.
Yo hablo mucho. Hablo del trabajo, te puedo contar todo un día sobre lo que hago, como lo disfruto; sobre los problemas, las ideas que tengo para mejorar esto, aquello; lo que podemos intentar… pero hablar sobre mí, lo que siento, lo que vivo, eso ya no es fácil. Es ese alguien que te acompaña y está con vos. El silencio es mi compañera de ruta, ha estado siempre conmigo por mucho tiempo, se irá conmigo cuando de el último aliento de vida… así será.
Malaya, quien tiene la dicha de conocerme se queda asombrado de lo que hago. Vivo del trabajo. El día que deje de trabajar, pues ese día ya estaré quién sabe como. Si no trabajo siento que soy inútil; como que no me he ganado dignamente el pan de cada día. Pero así lo vivo y lo siento. El trabajo es lo que me da de comer y es lo que me permite apoyar a los demás… en ese sentido, creo que ya se ubica uno para el momento.
No hay conformismo, estoy trabajando no por un dinero, sino porque hay una responsabilidad. Eso es lo que nos hace trabajar. No tengo para guardar, todo es para pagar. El dinero te da vueltas, viene y se va. Menos mal hay para comer y para vivir el día a día.
Hay tantas y tantas personas que no tienen como yo, que no tienen trabajo, que les hace falta darse ese gusto de comprarse alguito, que les de placer: un libro, una ropa, un… algo para disfrutarlo. Aún así, apretando esos recursos y sacrificando uno que otro gusto, pues me alcanza para comprar un libro y leermelo con mucho gusto. Me doy cuenta de lo que vale un libro y lo que significa para mí, porque sé lo que me ha costado y que puedo disfrutarlo en la lectura de las noches o de la madrugada, cuando el sueño se espanta. Se oye como aquella voz que te dice: shit, shit, es hora de leer... Luego se queda ahí en la librera, como recordándome que me ha acompañado en los momentos de soledad.
Un libro es un buen compañero de ruta, siempre me acompaña en cualquier esquina de este bendito país, a donde me lleva el trabajo Hoy me traje uno que habla sobre los q'eqchi'es y el despojo que han "sufrido" a lo largo de la historia. Este libro me lo han prestado, y por lo tanto, hay que cuidarlo más…
Hay unas páginas de internet que ofrecen también la lectura de libros. Es una gozada el bajarte un libro. La verdad no sé si hay algún cambio de escritura. No me he fijado, pero puede que cambie alguna palabrita, aunque lo dudo. Me leeré uno y te cuento. A ver, que libro será. Ya sé: la ladrona de libros. ¿Te lo has leído? Puchis, es calidad, lo leeré en versión electrónica nuevamente y te cuento si tiene cambios, aunque te digo, lo dudo. Pero lo que te digo, ahora hay oportunidad de leer gratis.
El otro día compartía un amigo, férreo defensor de los derechos de autor, porque es su trabajo, que era injusto que no tenga una recompensa el trabajo de alguien que escribe si aparece esta oferta de libros gratis por internet. Le recordé lo que dijo alguien del otro lado del charco: "yo que tengo plata me bajo lo que quiera y pago, pero si no tuviera dinero, pues (esto es agregado mío) lo compraría también en la calle"… me parece justo el criterio, pero cada quien mide los centavitos de su bolsa.
Por las ganas de leer y escribir, lujo y placer del día a día. Hoy me sentí satisfecho de trabajar por el pueblo.
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