domingo, 28 de agosto de 2011

El murciélago, Sotz'

- Para ajustar penas, tenemos que aguantar que liberen este camino y seguir, porque parece que llega un candidato hoy
- Ya lo decía yo, por eso lo de la playera de color
- Lo más tremendo de esto es ver que la gente se presta para ir y oir todas las promesas que no cumplirán…
- Es que también es una fiesta, ahora que nos hace falta ir a alguna fiesta, pues de plano para salir un poco de todo el stress de la semana
- Y los otros que aprovechan para dar el discurso del siglo
- Aguante usted, oía las voces cansadas y roncas ya de los que animaban a la gente. Porque ya después de tres horas esperando al susodicho, pues de plano que la garganta se les quedaba ya reflojísima…
- Y qué decían usted?
- Quieren esto? Sííí! Gritaba la gente. Pues entonces no se les olvide votar este 11 por el símbolo… y seguía la cantaleta.
- Cabal usted, en lugar de decir esperamos que este don hagan esto, que nos digan como resolverán la situación laboral, los impuestos, de dónde van a sacar el dinero para cumplir con todo lo que nos están diciendo…

Yo como iba manejando, pues iba escuchando a los dos dones que platicaban de la concentración que hacía un partido político en las orillas del pueblo. Con el calor, y el tanatal de carros que iban y venían, las motos, bicicletas… era una fiesta, -pensé también-. Y mejor que nada, porque la gente disfruta un poco de paseo por la tarde, pero va, era solo de un color, así que no era para todos pues.

Pensaba que en el fondo los señores tenían razón en decir que necesitamos tener respuestas concretas sobre eso que dicen van a arreglar de una vez por todas. Mientras eso pasaba, allá por la montaña, por la selva, un grupo de personas iba corriendo, con miedo, llanto y tristeza porque nuevamente fueron desalojados de su tierra. Muy poco sonó eso en los medios, casi no se habló, mientras niños y niñas estarán pasando hambre y penas. Y del otro lado, promesas van ,promesas vienen; mentiras van, mentiras vienen...

Pero también me acordé de un paisano indígena que bailaba, que recreaba la relación entre el mundo, las personas y el creador formador. Con el grupo de danza y música, trabajaban por un mejor país, pero se cumplía un año de su asesinato. Esta muerte y, la de tantos hombres y mujeres que siguen muriendo en este país, pesa en la vida de las familias, porque al final era un ser querido en el círculo de sus más allegados, pero también del aporte que hacían para la comunidad.

El murciélago seguirá volando, y girará, como la danzará, y continuará con nosotros, porque no quiere que nos quedemos atrapados en la oscuridad, sino que quiere contagiarnos del fuego que da luz, calor, y reconocimiento de la verdad. Porque es el tiempo que todos los indígenas, hombres y mujeres, garífunas, xincas y ladinos mestizos nos unamos en la danza de la vida, y que exijamos -de una vez por todas- que se acaben las palabras y retorne el proyecto de vida que queremos para vivir en paz, en armonía y en respeto a nuestras diferencias. Tenemos la oportunidad de desarrollar mejor la vida comunitaria, la unión y la libertad.

De repente pensé, de repente...

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