“La serenidad y alegría reinó en los corazones
de los abuelos después de haber conocido la justicia del Kan sobre la tierra y
exclamaron: vamos ya al descanso, al Kame. ¡He allí todo lo hecho… para la vida
de los hijo/as de nuestros hijo/as y que sea perdurable!”
“símbolo de la disolución final de todas la
cosas buenas y malas, la muerte, Kame, día sobre todos los demás para perdonar
y pedir perdón por toda mala acción cometida. Representa el principio, la armonía,
la visión, la astucia e inteligencia. Desarrolla la energía de la noche para
dar luz a otro día, el renacimiento a una nueva vida después de la muerte. Kame
es la energía que nos aconseja y protege durante toda nuestra existencia a
través de nuestros antepasados. Pronostica lo bueno y lo malo”
...Así comenzaba el anciano guía su explicación de
los 20 nawales que rigen la vida del pueblo. Cada q’ij (día) tiene su nawal,
decía. Es un elemento de la naturaleza, porque junto con este elemento, las
personas logramos el equilibrio…porque al igual que ellos pues también hay
aspectos positivos y negativos en la vida de cada uno…
Ya estamos cerca de los 20 años, número de años
que la ONU, muy amablemente ha dejado en las páginas de la historia, “el día
mundial de los pueblos indígenas del mundo”. Digo muy amablemente porque
también ha significado la lucha, reflexiones, documentos, demandas de los miles
y miles de pueblos indígenas que hay en el mundo y que han venido reclamando estos
espacios de revisión de los derechos de los pueblos indígenas en cada país
miembro de esta casa grande que es la misma ONU. Me imagino también que han sido arduas
reuniones de cabildeo y de “lobis” (¿se escribirá así esa palabra?) que habrán
usado distintos rostros indígenas… malaya tanate de discusiones que se llevarán
en la experiencia los consultores para
esta tremenda tarea. No son solo los 20 años, sino que son muchos años de
trabajo… ja! Cuántas personalidades no habrán pasado en esas paredes del ONU
para lograr que al fin se llame esto así: día mundial de los pueblos indígenas.
De todo debe haber en esta definición de la
fecha para los pueblos indígenas; sin embargo, la mirada para que sea desde la
ONU que esto tenga la palmadita de revisión en cada país, o lo que ha avanzado
en cada país los derechos de los pueblos indígenas, pues debe ser una tremenda
rascadera de cabeza para los gobiernos locales. Esto en el sentido que todavía
falta mucho por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Hablo
sobre todo de mi país, Guatemala. Cuántos informes no se habrán redactado (¿y
quiénes lo habrán hecho?), para sistematizar avances o retrocesos en materia de
derechos indígenas. Tanto la izquierda como la derecha dará sus propias
lecturas, y el pueblo indígena… el que está en el pueblo, solo los mira pasar
como la “pelotita” del ping pong… malaya de expertos…
Basta decir que del 60 por ciento de mis
paisanos que viven en la pobreza, la
gran mayoría son indígenas, o si se prefiere usar la palabra “mayas” pues también
lo anoto, no sea que…; aun así con el hambre y con todo el desgaste físico que
toca en el día a día, son campeones en la marcha. Decía un amigo mío hace un
par de días atrás “el paisano aquel se ganó la plata porque nosotros somos
hechos para caminar y caminar… sino mirá lo que hacemos en las marchas
populares. El otro día salimos desde Cobán a la capi; todos sudados y cansados,
pero con la idea de hablar con el gobierno y decirle que porfa, ya le pare con
eso de vender a nuestro país; que basta con regalar a las empresas
transnacionales nuestro territorio; que porfis, ya no nos echen más de los
lugares donde merecemos vivir y trabajar; que no nos aprieten más con el pago
del único foco que tenemos en casa para alumbrarnos de noche… y nada. A este si
que “le pela”, como decía en un principio su promoción aquella de la pobreza…(
le volaron esa palabra y ahora solo se oye en la radio el tintun de la música…
todo porque un sector intelectual protestó… malaya, si supiera como nosotros le
decimos a la pobreza). Va pero lo que te contaba, somos campeones de la marcha,
y que jamás nos han dado una medalla, tuvimos que salir a otros países para
demostrar que nos merecemos esa medalla…pero ese es otro cantar; pero solo ayer
volvimos a salir a pronunciarnos y reclamar nuestros derechos… y creo que
vuelven otra vez a criminalizarnos, que es la palabra bonita que vende ahora…”
Eso es básicamente lo que significa la lucha de
los derechos humanos en esta bella Guatemala. Hacerlo aquí, en este territorio
es condenarte a que te digan “haragán”, “resentido” “interesado”, “unas
minorías”. Total que en cualquier esquina salen los intelectuales a parodiar de
todo; mientras que mis hermanos, los del pueblo, seguirán trabajando con mucha
dignidad y con la frente en alto para
conseguir “su tortilla” de hoy y de mañana ¿Hasta dónde tiene el ‘indio
permitido’ su desarrollo? ¿Desde cuando el desarrollo, y los derechos es sólo
para las transnacionales?
Yo digo que no se vale que solamente hablen los
hombres, porque también deben hablar las mujeres, porque ellas también van a contarnos como se sienten y como nosotros
las tratamos. Te imaginás si preguntamos cómo vive ella la violencia intrafamiliar. Aquello que se ha
considerado del “ámbito privado” debe ser ahora “público”; porque esta
mentalidad machista, no puede seguir doblegando voluntades, maneras de pensar,
de trabajar y de alcanzar la tan ansiada igualdad. En este sentido, la
cosmovisión maya debe alcanzar a todos para que recuperemos eso que llamamos “armonía,
equilibrio, totalidad”. Malaya, si se aplicara el “chicote” a todos los hombres
mayas… estaríamos todos marcados mano, muy marcados… “vaya al juzgado de
familia y averigüe cuántos casos de violencia intrafamiliar hay”, me decía una
amiga hace un par de semanas…
O sea que el día de los derechos de los pueblos
indígenas atraviesa el plano personal y el plano comunitario, porque de no
hacerlo así, nos perdemos en el individualismo y entonces la regamos, porque
solo pensamos en nosotros mismos; “mi mismo” dijo el chistoso aquel, por eso el
pueblo, la comunidad maya, es “comunitario”. Ese es el principal desafío que
tenemos para estos días que hablamos de los derechos de los pueblos indígenas. “No
es solo la ceremonia, el idioma, el traje, es la relación entre hombres y
mujeres, es el respeto al territorio, a la tierra, y al ambiente que respiramos”
dijo un “maistro” hoy en la mañana cuando reflexionábamos sobre el día 9 de
agosto y su intencionalidad de pueblos indígenas.
Yo por si acaso, me leí el libro sobre el “oxlajuj
b’ak’tun: el cambio de ciclo y su significado desde la cosmovisión maya”;
mientras el paisano decía “para el cambio previsto el 21 de diciembre de 2012,
con mi familia ya estamos preparando el traje que usaremos…” eso me obligo a pensar ¿qué cambios hare yo
para sumarme a mis antepasados y darle continuidad a este nuevo sol?
De repente te cuento, de repente…
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