¡Déjame en paz! Le decìa ella a él… (parece que siempre es él el que la riega… la friega pues)
¡“Estensen” en paz! Los papás a sus hijos, cuando los ven pelear…
¡Hagan las paces! El mediador de los conflictos… en circunstancias distintas.Formas estas de decirnos que la relación entre las personas debe ser en armonía, equilibrio. Respetando las diferencias, las formas de ser y pensar.
Pero a vos que lees, ¿no te parece que nunca es realidad esto de la paz? A mí me parece que como humanos nos cuesta esto de estar en paz. Siempre - o algunas veces- cargamos odio, indiferencia, rabia. Porque, como decìa mi mamá, si no es lo uno es lo otro.
Hoy quiero hablar de una paz que se firmó hace 12 años en guatemala. El cese a las armas. La paz firme y duradera le han llamado, unido a una serie de acuerdos de paz, y… muy poco –tristemente- poco avance.
Veamos esto:
-Más de 250,000 muertos durante el conflicto armado interno en guatemala, (algunos le llaman la guerra y no conflicto, allá ellos) que duró (¿o tardó?) 36 años (1960-1996)
-Más de 45, 000 desaparecidos (hombres, mujeres y niños)
-Más de 430 aldeas desaparecidas, arrazadas, quemadas pues. La mayorìa eran del pueblo maya.
-Responsabilidad del Estado y el ejército, altísimo. Entre ellos, los escuadrones de la muerte, grupos paramilitares, las PAC, los guerrilleros… (mejor si te lees los informes REMHI y CEH)
Y pare de contar mijo, porque nos quedamos cortos.
Esto me recuerda a la señora aquella que estaba hablando con su hijo:
A ver, decìa ella, ¿qué està haciendo usted por lograr la paz?
Yo ni hablar. Pensaba, "si ni yo estoy en paz conmigo mismo"
Mire mijo, -ella bien seria y con voz fuerte- y eso de que “no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos” ¿es hasta morir, o es hasta cuando la justicia sea pronta, cumplida y equitativa?
- yo creo que hasta que tengamos justicia mamá. Contesté todo gacho…
Pues póngase las pilas porque no es justo que esté todo el tiempo en la calle. Hay que estudiar, trabajar, y no solo hablar p… Cambiar el país comienza con la responsabilidad aquí en la casa, para luego exigirle a los que se creen dueños de esta patria, a esos “meros” que sean responsables y conscientes y que ya no nos digan que hay “volunta'”... porque eso sobra y "diamontón".
Mira a su hijo le dice- Y deje ese cigarro que lleva ahí en la boca, parece… parece… mejor ni le digo… y todo lo que están haciendo –siguió la madre hablando- está sirviendo para algo o solo es para perder el tiempo. ¿Cuàntos de esos asesinos están en la cárcel, cuántos han encontrado a sus seres queridos? Ya vé, les dan un tiempo en la cárcel –y por buena conducta salen ràpido…
Se quedó mirando hacia el horizonte como queriendo encontrar alguna respuesta… ¡nada!, ¡están en la total impunida'!. La justicia está a la medida de ellos. Sentenció mirando el noticiero.
Yo la miraba haciendo unos ricos tamales y le oía: No le da vergüenza, míreme a mí, levantada desde las cinco –bueno, dijo, menos mal estan de vacaciones ahora- pero todos los demás días saliendo a traer la leña, hacer el desayuno, levantarlos, mandarlos a la escuela, prepararles el almuerzo, ayudarles en la tarea de la escuela, acostarlos… No, si no le digo pues, -hizo la pausa, un poquín, para respirar y siguió hablando- pero para què, si no me entiende... y apúrese, no se quede como piedra ahí "namás" mirando.
Ayúdeme!, porque luego nos vamos todos a la iglesia para encender una candelita por su papá, que fue secuestrado y nunca más apareció: ¡Para que descanse en paz!
-mama, -me atreví a comentarle- hoy es 29 de diciembre, un aniversario más de la firma de la paz. Son 12 años mama.
-¿pues para qué le digo que me ayude y vayamos a la iglesia todos a pedir por su papá?… apúrese pues! Esa firma que uste’ dice mijo, es solo para ellos, para darse color y decir que están haciendo maravillas. Bla, bla, bla… y nosotros cada vez más pobres!
-De repente tiene razón mi mama, me dije en mis adentros.
-De repente tiene razón mi mama, me dije en mis adentros.