sábado, 21 de febrero de 2009

4 de febrero

Al 14 de febrero, día del cariño le quitamos el uno (10) y nos quedan 4.
Fácil operación matemática para un país de 108,802 km2. Mas o menos, dependerá como quede el diferendo con el hemano país de Belice. El territorio es lo que ahora tenemos, amen de las tremendas metidas de pata de nuestros gobernantes…

Pero cuando nos quedamos en 4, viene a mi mente aquella madrugada. El cuartito de abobe en el que dormíamos se sacudía de un lado a otro. Sólo el grito de mi mamá fue el que me despertó.

“7.5 grados en la escala de Richter fue la intensidad del terremoto.
49 segundos fue el tiempo que duró el movimiento telúrico.
24,103 personas fallecieron por la sacudida, el 4 de febrero de 1976
Veintitrés mil muertos, más de 75 mil heridos, un millón y medio de damnificados y más de US$1 millón en daños materiales fue el informe final del Gobierno.
La falla del Motagua, que atraviesa el 80 por ciento del territorio guatemalteco, fue la que provocó el movimiento telúrico”


Este mes no he dejado de pensar en lo bonito que han sido las casas de adobe, a pesar de esta parte dolorosa que sufrió el pueblo.

El adobe, todavía se hace en las comunidades del occidente. Ha cambiado en algunos lugares… cuando uno mira las casas esas, sólo cajones se ven, hechos de block, cemento… gracias a las remesas que se recibieron de los paisas, pero no cambia nada la realidad del hambre, la enfermedad, la muerte…

¿Qué será?

Yo sigo pensando en mi casita de adobe… la casita que me salvó de morir. Tiempos aquellos en el que usamos el terreno de los tios, para vivir juntos en la tremenda champa; jugar de noche, reirnos a carcajadas, a pesar del dolor y el miedo que teníamos en la noche.

Hoy este país tiembla de miedo, de dolor, de impotencia, ante la inseguridad; de contemplar la forma en el que se mata a las personas; de la impunidad que ha calado en la historia de la justicia, de la educaciòn, de la salud, del ambiente del día a día…

¿Qué casa segura necesitamos?

De repente me construyo una mi casita… de repente.

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