Hay cosas que a uno lo deja
todo “agarrado”, en el sentido de que se apega a lo que más quiere y cuida. Me pasa
con la ropa. El otro día sentí mucho la pérdida de una gorrito que me regalaron;
el gorro venía de Perú, y como dirían los paisanos de aquí, no era “chafa”,
sino que era de los que usan los paisanos de esa esquina del sur. Sentí tanto
la ausencia del gorrito que la cabeza estuvo helada y fría por unos días,
mientras lograba sustituirlo por otro gorrito.
Hay que ver como está mi
armario: boinas, gorras de distintas clases y estilos. Sin embargo, esa que usaba más, por el frío
que hace en esta esquina, pues me ha dado por ponerme un poco triste. Es que
soy muy “friolero”…
Malaya, me dirás, tanto dolor
por un gorro y eso no es nada comparado cuando en el país hay perdida de
credibilidad en el sistema de justicia; en los políticos, “ya que todos” son lo
mismo –a propósito del nuevo “todos” que tenían bajo la manga de la mano los
mismos que se salieron de los otros partidos-; siguen las muertes y la
violencia en este bendito país. Esas si que son perdidas mayores. “todo” porque
hay intereses de los que continue la máquina de la violencia, porque genera
ganancias a las empresas de seguridad, a los que trafican con las armas, a los
que promueven la venta de armas… esos, los que encontrás en el super, de
juguete, porque aquí interesa el dinero y no la vida… “mátame a besos…”
cantaría el don aquel que se retira del mundo del espectáculo y que miles
aplaudirían cuando decía mátame y con su pistola (de oro…) en el cinto… nosotros
validando la violencia en el concierto, en el cine, en la tele, en nuestro
lenguaje, en la forma de tratarnos… hala, mejor respiro profundo para no
cansarme…
Indudablemente que son pérdidas
y que nos afectan a todos como país (las vidas, los valores, la ética, la moral…),
porque no es justo que hombres y mujeres que trabajan cada día, que luchan y se
esfuerzan por llevar la tortilla a la
familia mueran injustamente. Lo que es peor, que otros abusen del esfuerzo que
realizan estos trabajadores para salir adelante con la familia. No, si de hacer
la lista de pérdidas y ausencias, pues tendríamos una larga lista para no
acabar. No es que sea “quejon” o que lo haga para que nos tengan lástima, sino
porque no queremos que se pierdan más vidas humanas. Esa es la verdadera
consigna de la vida.
Si uno siente la pérdida de la
ropa, es más, he revisado en mi cajón y aparece ropa muy viejita que ya no uso,
pero que recuerdos, memorias y momentos claves de la vida: la camisa aquella,
el pantalón azul, el calzoncillo, los calcetines, los suéteres... Me decían
entonces, ‘te comprás esta chumpa a cambio de que regalés algo que tenés en tu
armario’… la verdad, no uso más esa ropa, pero me gusta lo viejito, tal vez
porque ya me estoy poniendo viejo… y no dejo de usarlo. Hoy se abrió paca y yo
canté…
“...porque el tiempo pasa, nos vamos poniendo
viejos, ya el amor no lo reflejo como ayer…”
Me pago el señor y se bajo del
taxi. Se acomodó la mochila en la espalda y caminó de frente. Se dio la vuelta
y me dijo, mañana le regalo una de mis gorras. Atine a decirle ‘gracias’ y pisé
el acelerador. De repente me regala el gorro de lana, la boina o la cachucha,
de repente… te cuento después y como yo conozco esa canción pues la seguí
cantando mientras aparecía algún cliente que pidiera el viaje…
“porque años atrás, tomar tu
mano y darte un beso…”