- Con todo lo que se fue acumulando , los meses, los días… pues se fueron haciendo los años, pero toca escoger entre lo que ha quedado a lo que realmente da vida, o por lo menos, que eso nos recuerda grandes momentos que ha vivido uno.
- Mmmm, pues hay de todo en esta historia usted, porque vea pues, hasta libros se escriben sobre eso. Ya se imagina usted tener un libro escrito sobre su vida…
- Ja! Sería chilero usted, pero "nanay", creo que ni para eso tengo la estrella a mi favor…
- Por qué será que algunos que escriben, con el tiempo tienen ya su librito y se lo van pasando de aquí para allá; sin embargo, los libros que nosotros hacemos, pues esos no son comerciales, solo se leen con la madurez, si usted quiere hasta los puede piratear y listo; pero cuente ¿qué fue eso de acumular y tener mucho escrito?
- Pues verá, estuve limpiando la casa, y empecé a encontrarme con los documentos que me han dado vida, dolor, historia. Papeles de mis hijos, dibujos, trabajos, las cartas que en aquellos años nos mandábamos, porque mire que ahora ya no existen esas cartas, solo por correo electrónico. Que si no tiene un correo electrónico, pues está fuera de la tecnología. En fin, había muchos documentos, libros, fotocopias de libros. Ala! Toda una década de pura vida, como dicen los ticos
- Ya! Es decir, hubo papeles para quemar pues, como quien dice, usted quemó el diablo algo tarde…
- Pues algo así, porque ya ve, me encontré con la incertidumbre, o duda de si tirar o no tirar esto, aunque al mirarlo me causaba tanto dolor y rabia. Es que en la historia de vida, los proyectos, hay mucha tela que cortar usted.
- Me imagino, me imagino, pero también pienso que es necesario cortar usted, hacer el cambio con la cara levantada, mirando hacia adelante y quedarse con las dos cosas que hubo, si usted quiere llamarlas las buenas o las malas
- ¿cómo si?
- Porque 'dese' cuenta, no hay nada perfecto, siempre estamos aprendiendo y creciendo, por eso le digo, entre lo que hemos vivido, o lo que nos ha pasado durante determinados momentos de la vida, pues se nos convierten en experiencias, y eso nos impulsa a seguir construyendo las relaciones sociales con mayor libertad. Es decir, porque ya sabemos de donde flaqueamos, por tanto, no se vuelve a repetir, así de más clarito ya no más…
- Pues tiene razón, por eso me quedé con algunos papeles guardados en el archivo, que pesaban como cien difuntos usted, ja! Viera lo que costó llevarlo a 'tuto' para pasarlo a la otra casa…
- Pues ojalá que así como pesado estaba, así también se logre entender que no hay por qué repetir el dolor y sufrir uno y los demás
- Ojalá uste', ojalá, porque la verdad yo lloré, en algunos ratos me aguantaba para que no me vieran chillar…
- Cae bien llorar usted, y recuerde que es el baño que se da el cuerpo para quedar limpio, así que no le de pena, porque para llorar no hay edad…
- Lo dice por mis canas verdad? Pero tiene razón, iba con el corazón mojado, como dos aguas o ríos que se encuentran, el de mis ojos y el del corazón… que cuando se juntaron, hacían un gran río
- Ya, ya, hasta de poeta melancólico me salió pues
Me imagino que los señores tenían ya algún rato de estar hablando, porque cuando se subieron a mi taxi, ya estaban con ese tema. Yo como iba manejando despacio, pues les iba oyendo alguito su conversación. Se bajaron y me pagaron, se cruzaron la calle y entraron a un centro comercial.
-No hay duda-, pensé, hay en nuestra historia de vida una serie por contar, yo como siempre ando pescando lo de lecturas, pues me quedé bajando libros, así como decimos aquí, bajando libros, para ver si encontraba algo que nos contara historias de vida… se que los hay, porque algo he leído de mujeres haciendo historias, de campesinos o del pueblo indígena que hacen historia desde sus luchas. Hay buenos libros sobre eso, pero los libros de la vida, esas que parecen novelas, como decía el don, en donde uno llora, pues quien sabe…
¿Yo no sé si vos te has leído algún libro que te haga llorar? Que yo recuerde, cuando me dijeron que tenía que resumir esa novela lloré de la rabia, pero también lloré cuando fui leyendo la historia, ese libro se llama "maría", de Jorge Isaac, hace muchos años eso… pero ahora, la historia de este señor me hizo llorar también. Es otra novela.
Hacemos novela de nuestra vida, pero ojalá no sea para llorar. De repente, de repente no hay que llorar sino reírnos a carcajadas...